En lo alto de Brasil, donde el sol calienta suavemente la piel y el aroma de millones de flores llena el aire, encontramos a Walter Vasconcellos, conocido como «Dr. Garden». Este ingeniero agrónomo y paisajista ha dedicado su vida a «curar jardines» por todo el mundo. Con su apodo registrado como marca, Walter ha creado el Parque Amantikir, un santuario natural que refleja su pasión por las plantas y su amor por la belleza de la naturaleza.
Este pionero del turismo ha transformado su sueño en realidad, ofreciendo a los visitantes una experiencia sensorial inolvidable en la Sierra de Mantiqueira.
La historia de Walter y su amor por las plantas comenzó con un pequeño accidente doméstico aparentemente insignificante y su abuela jugó un papel fundamental en esa historia, en „su“ historia. Años después, pensando en su propia jubilación, Walter decidió que invertir, por ejemplo, en seguros privados o en acciones no era un negocio para él. Él tenía un sueño, y quería transformar ese sueño en realidad. Así nació el proyecto AMANTIKIR.
Un poco de historia
En el siglo XVI, cuando los primeros exploradores portugueses se animaron a alejarse de la franja costera e incursionar en el interior de Brasil, descubrieron este paisaje de montaña que da origen al Río Paraíba (Río Feo o Ruin en tupí, en el sentido de ser de difícil navegación) y donde luego se fundara la ciudad de Campos do Jordão.
Los nativos utilizaban el nombre de Amantikir, «la montaña que llora», para referirse a estas sierras. Sin embargo, este río, que fluye a través de un terreno montañoso y accidentado, pronto reveló su verdadera naturaleza: un curso de agua prácticamente imposible de navegar.
Los portugueses transformaron el vocablo Amantikir en «Mantiqueira» y de este modo el hito geográfico de 25,000 km² al sudeste de Brasil fue plasmado en los mapas de la época con el nombre de la Sierra de Mantiqueira. Sus picos alcanzan casi los 2,800 msnm y su hermoso clima tropical de altura da refugio en sus laderas y valles a numerosas especies de plantas y animales.
Acceso a Campos do Jordão y a la Sierra de Mantiqueira
Para alcanzar el acceso al Parque Amantikir solo es necesario recorrer siete kilómetros desde la ciudad de Campos do Jordão. A esta verde ciudad llegamos desde la capital del estado, São Paulo, recorriendo una distancia de 170 kilómetros en aproximadamente 3 horas y media por la autopista Carvalho Pinto (SP-070) y la carretera Floriano Rodrigues Pinheiro (SP-123).
Desde Río de Janeiro, el viaje es un poco más largo. Es necesario recorrer aproximadamente 5 horas por la ruta BR-116 y la SP-123, un recorrido de unos 340 kilómetros. El aeropuerto internacional más cercano es el Aeropuerto de Guarulhos (GRU) en São Paulo.
La leyenda de Amantikir
Los tupí-guaraní, uno de los grupos originarios más importantes de Brasil, dejaron una profunda huella cultural que se refleja en leyendas como la de Amantikir.
Había una vez una hermosa princesa tupí, a la que todos deseaban, pero ella solo amaba al Sol. Él, indiferente, no le prestaba atención, pero con el tiempo también el rey del firmamento finalmente se enamoró apasionadamente de ella, provocando terribles incendios porque el día se extendía sin fin. La Luna, celosa, le contó todo a Tupã, quien decidió intervenir. El dios poderoso y benévolo, protector de la naturaleza y de los pueblos guaraníes, levantó una montaña y encerró a la princesa allí debajo. El Sol, afligido, sangró atardeceres, la Luna lloró estrellas. La princesa, separada de su amado, lloró formando ríos. Su pueblo, al ver la montaña llorar, la llamó Amantikir, la «serra que llora».
Esta historia mítica aporta una dimensión mágica a esta región de Brasil y conecta a los visitantes con la rica herencia cultural de la región.
Un verdadero recorrido sensorial por Amantikir
La sierra de Mantiqueira, con su clima tropical de altura, ofrece refugio a numerosas especies de plantas y animales. Caminando por el parque, uno puede sentir la calidez del sol en la piel, y luego buscar refugio en la sombra refrescante de los árboles. Los destellos de agua en los estanques y el murmullo tranquilizador de las fuentes acompañan el recorrido.
El parque, con sus 60.000 m2, alberga más de 700 especies de plantas. No es necesario tocar las hojas para apreciar sus diferentes texturas: el contraste entre los suaves helechos, las rugosas cortezas y de las cactáceas es visible a simple vista. El largo recorrido alterna entre paisajes que evocan típicos jardines de todo el mundo, ofreciendo un viaje relámpago único.
La creación de un sueño
Walter nos cuenta que al regreso de sus múltiples viajes a su ciudad natal, Campos do Jordao, sentía la necesidad de que allí existiera también un espacio tan encantador como los que había visitado y „curado“. Inspirado por más de 100 parques en todo el mundo, decidió crear uno propio.
– Me llamo Walter y soy el Doctor Garden. Después de visitar más de 100 parques por todo el mundo, me inspiré e hice uno en mi ciudad, Campo de Jordao.- dice Walter con orgullo.
Desde su apertura en 2007, el Parque Amantikir el parque se ha convertido en la principal atracción de la región y es considerado por los usuarios de TripAdvisor como la mejor opción dentro de la gran diversidad de actividades a realizar en Campos do Jordao.
Su legado
El proyecto Amantikir se apoya sobre tres pilares: diversidad, sostenibilidad y educación.
Walter nos comparte un cálido recuerdo de su infancia que explica su pasión y su amor por las plantas: „Cuando tenía siete años, entré corriendo en la casa de mi abuela y tropecé con una planta que se cayó al suelo y se rompió. Mi abuela me dijo: ‘Mira, está sufriendo, vamos a curarla.’ Pusimos los trocitos que se habían roto en muchas macetas y así creamos muchas nuevas plantas. Y allí nació el Doctor Garden.»
Walter nos deja un hermoso mensaje cuando afirma convencido -Yo creo que todo, todo lo que hay, todo lo que existe, fue alguna vez un sueño. Para transformar esos sueños en realidad, tienes que tener mucha fe.“
Esa fe, su dedicación y la de la centena de empleados que conforman el equipo de trabajo del Parque Amantikir ha convertido su sueño en una realidad. Este espacio invita a los visitantes a conectarse con la naturaleza y llevarse del parque una experiencia única: un paseo hacia jardines de diferentes rincones del mundo: chinos, japoneses, ingleses, entre otros.
En el Parque Amantikir, el sol brilla cálido, las sombras ofrecen refugio, y cada rincón está lleno de vida y magia. Un verdadero oasis que invita a descubrir la belleza de la naturaleza y la riqueza cultural de Brasil.
Texto, fotos y video: Lic. Irina Grassmann. https://choosing-argentina.com/irina-domsch-de-grassmann/