Cuando uno piensa en Brasil, lo primero que viene a la mente son la euforia y los colores brillantes de los carnavales, mientras los oídos ya creen oír los ritmos de samba. Incluso se puede casi sentir la arena caliente bajo los pies al correr en busca de refresco en las aguas del Atlántico. También se podría imaginar atrapado en el frenesí de las autopistas llenas de vehículos compitiendo por espacio.
¿Pero eso es todo lo que Brasil tiene para ofrecer al visitante?
Definitivamente mucho más… Y no es necesario buscar la adrenalina subiendo con la bicicleta a la autopista.
Este país, que cubre prácticamente la mitad de la superficie de Sudamérica, esconde, entre otras cosas, rincones aún desconocidos para muchos: la ciudad de Campos do Jordão, enmarcada en la Serra de Mantiqueira. Este destino es ideal tanto para quienes buscan tranquilidad como para los más aventureros.
La ciudad más alta de Brasil, hogar de más de 50,000 jordanenses, recibe un promedio de seis millones de visitantes al año. Además de viajeros provenientes de los países vecinos y de los Estados Unidos, son sobre todo los habitantes de las urbes de Río de Janeiro y São Paulo quienes han adoptado Campos do Jordão como un clásico destino de invierno del hemisferio sur.
Como las visitas a Campos do Jordão se concentran en los meses de junio, julio y agosto, es ideal y recomendable programar un viaje a este paraíso de montañas cubiertas de verdor y araucarias durante el resto del año.
Además de tener la oportunidad de aprovechar tarifas más atractivas, las actividades y los atractivos están menos concurridos. Y sobre todo, se puede disfrutar de las cálidas temperaturas de altura y deleitarse con sus flores.
Campos do Jordão, con su clima fresco y su belleza natural, ofrece miles de tonos de verde en los valles y laderas montañosas, con pendientes de entre 10 y 35 grados, creando el telón de fondo perfecto para actividades al aire libre.
La rica oferta turística de la región de la Sierra de Mantiqueira es famosa por su gastronomía y su frondoso paisaje montañoso, salpicado de las omnipresentes araucarias.
El acceso a esta verde ciudad desde la capital del estado, São Paulo, se realiza recorriendo una distancia de 170 kilómetros en aproximadamente 3 horas por la autopista Carvalho Pinto (SP-070) y la carretera Floriano Rodrigues Pinheiro (SP-123). Desde Río de Janeiro, el viaje es un poco más largo. Es necesario un viaje de aproximadamente cinco horas por la ruta BR-116 y la SP-123, un recorrido de unos 340 kilómetros.
El aeropuerto internacional más cercano es el Aeropuerto de Guarulhos (GRU) en São Paulo.
Como broche de oro de un viaje perfecto, combinando la tranquilidad de las montañas con la energía vibrante del mar y alternando aguas dulces y saladas, una visita a Campos do Jordão combinada con unos días de sol y playa en São Sebastião es ideal. Gracias a su proximidad, gran variedad de actividades y belleza natural, São Sebastião ofrece el equilibrio perfecto para unas vacaciones completas.
Combinación perfecta: montañas y playa.
Estas dos joyas escondidas de Brasil brindan un viaje que combina aventura y relajación, naturaleza y cultura.
Gracias a los esfuerzos de los pioneros del turismo locales, los visitantes pueden disfrutar de una variada oferta turística que satisface tanto el deseo de adrenalina como la búsqueda de paz.
Texto, fotos y video: Lic. Irina Grassmann. https://choosing-argentina.com/irina-domsch-de-grassmann/
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